El pasado 19 de marzo celebramos San José en casa como nunca lo habíamos hecho, especialmente porque era la primera vez que Pablo lo celebraba como padre, y no solamente como hijo.
En Valencia es fácil además celebrarlo por todo lo alto porque el ambiente festivo de los días previos prepara el espíritu para ese día.
En San José termina la magia de las fallas con la 'cremà' tras varios días de fuego, pólvora, música y ofrendas a la 'Geperudeta' -como se conoce cariñosamente a la Virgen de los Desamparados-. En la ofrenda cada fallera valenciana le lleva un ramo de claveles a la Virgen y con ellas se le teje un manto de flores frescas.
Por ello el día de San José me gusta, como a muchísimos valencianos (la plaza esta realmente a rebosar durante todo el día) ir a la Plaza de la Virgen para verla, oler las flores y dedicarle alguna oración.
Y así lo hicimos toda la familia el pasado día 19, pero esta vez vistiendo de saraguell (un tipo de traje fallero) al pequeño de la casa. Él no se enteró de nada pero sus padres disfrutamos como nunca, especialmente yo que hace ya muchos años que fui fallera.
Tras esto dimos un paseo por la ciudad, hicimos unas fotos para inmortalizar el momento y volvimos a casa. En casa degustamos una comida valenciana, para seguir con el espíritu fallero vaya, porque hice mi primer ¡arroz al horno! (bastante rico -todo hay que decirlo- para ser el primero).
Por la tarde, tras la eucaristía, paseamos un rato por el centro con unos amigos hasta que llegó la hora de cenar. Elegimos una falla especiosa (porque íbamos con bebés) y cenando y charlando esperamos la hora de la 'cremà', y la disfrutamos con unos buñuelos de calabaza en la mano, para terminar estas fallas 2011 de la mano de otro plato típico de las fiestas.