Sí señores, España aún tiene esperanza. ¿Qué por qué lo
digo? Por un caso que ha llegado a mis oídos.
Resulta que en Cataluña un joven de 25 años lleva acosando a
un niño de 15 más de siete años. La cosa empezó cuando el niño tenía 8 y el
joven 18, lo conoció en el fútbol y empezó a jugar y hablar mucho con él, a
hacerle regalos, etc. Cuando los padres vieron que la cosa no era normal
advirtieron a su hijo de que no hablase más con el joven.
Pues bien, aquel ni corto ni perezoso se dedica desde
entonces a acosarle. Le sigue, le increpa e incluso en los últimos tiempos le
amenaza. Todo esto ha motivado alrededor de 17 denuncias y una orden de
alejamiento que el tipo en cuestión incumple reiteradamente. ¿Y la fiscalía que
hace? Pues para no decir que no hace nada no diré nada.
Los padres lo acompañan al instituto (el pobre chaval tiene
ya 15 años...), lo vigilan a la salida, el chico apenas sale con sus amigos ni
de su propia casa. Vive con miedo. No es para menos puesto que el tipo le ha
amenazado de muerte a él y a su familia. Está obsesionado. Tanto es así que
cuándo los vecinos de la familia han intentado hablar con él y pedirle
explicaciones él ha afirmado "los tengo que matar".
Y ahí está la esperanza, en los vecinos. Resulta que en esta
España nuestra que muchos creíamos (yo la primera) vaciada de valores todavía
queda gente honesta y responsable que se atreve a enfrentarse a un
"desquiciado" (lo que hace no es normal, tiene un problema) por el
bienestar de otros que simplemente son sus vecinos. La frutera, el carnicero,
todos en el barrio y especialmente en la calle donde vive esta familia están al
tanto de que pueda aparecer este joven y avisan inmediatamente a los padres del
chico para que llamen a los mossos,
muchos incluso se dirigen directamente a él para que se vaya y deje de
incumplir la orden de alejamiento. Incumplir una orden de este tipo está
tipificado como delito grave, pero el tipo sigue en la calle y los padres del
niño (que también están amenazados por el tipo) sólo contemplan marcharse ellos
a vivir a otra comunidad. Pero, ¿por qué tiene que estar encarcelado el chico
en su propia casa?¿por qué tiene que vivir con miedo?¿por qué tienen que
marcharse ellos? Ésta, de momento, es la
justicia que tenemos en España. Y estos, gracias a Dios, los vecinos que
tiene esta familia para ayudarles. Esperemos que su ayuda, y pronto si Dios
quiere la de la fiscalía y los mossos sirvan
para lamentar una desgracia.
Pues sí Cló, todavía hay ESPERANZA. En este caso los vecinos, y en otros rincones otras personas, pero gracias a Dios la hay. Me ha gustado tu entrada amiga. Un fuerte abrazo desde el blog de la Tertulia Cofrade Cruz Arbórea.
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