Éstos últimos días ha saltado una triste noticia que ha servido al menos para que muchos conozcamos la labor de los Jóvenes de San José.
Se trata de un grupo de caridad nacido en el seno de la Unión Seglar de San Antonio María Claret, que fundamenta su actividad en la cita bíblica “Porque tuve hambre y me disteis de comer”. Procuramos ser luz en el mundo y sal en la tierra, como nos pide nuestro Señor.
Para ello no sólo dan de comer a los pobres en la ciudad de Barcelona, sino que tratan de dar un mensaje de esperanza a los indigentes, predican el Evangelio en las calles y dedican su tiempo y cariño a estar con estas personas con quienes nadie quiere estar.
Pero el ayuntamiento de Barcelona, de CiU, con su alcalde a la cabeza, se han propuesto terminar con esta labor tan importante y más que nunca necesaria. Les han amenazado con echarles de las calles puesto que ofrecen, dicen, una "mala imagen" de la ciudad al repartir comida entre los más necesitados.
En su página web http://jovenesdesanjose.org/ he encontrado al respecto una carta abierta de su presidente que comparto con vosotros casi en su totalidad. Esta es su postura:
No quieren dejarnos continuar con nuestra labor en las calles de Barcelona, y nos lo quieren impedir, ahora con inspecciones de sanidad, cuando en cinco años no les ha importado nunca lo que les dábamos. (...) no buscamos ninguna finalidad de estrategia política al realizar esta labor, simplemente ver a Cristo en el pobre, en el más necesitado.
El ayuntamiento nos ofrece un local para trabajar con los pobres, pero no queremos aceptarlo, la razón es doble: No queremos aceptar este local porque ello conllevaría tener que dejar nuestra labor apostólica y empezar a trabajar aconfesionalmente, como si fuéramos una ONG, y no somos una entidad no gubernamental, somos un cuerpo de caridad, un cuerpo unido a la Santa Madre Iglesia, no queremos trabajar por libre, queremos trabajar al amparo de otro, pero este otro no es el Ayuntamiento de Barcelona, sino la Santa Madre Iglesia. En segundo lugar, no queremos aceptar este local que nos ofrece el ayuntamiento porque estamos constituidos para ayudar a los más necesitados de la ciudad condal, no sólo pobres, sino personas con problemas mentales, que rehúyen a toda costa acercarse a estos comedores, aunque fueran llevados por nosotros, por nuestra vocación misma, no podemos aceptar estos locales, si el aceptarlos conlleva dejar de salir a las calles.
Además (...) que el ayuntamiento de Barcelona, quiere acabar con la iniciativa particular, la iniciativa civil, que brota de manera espontánea, y la manera que tiene de acabar con ella, es querer controlarla, dirigirla, decirle cómo y dónde tiene que actuar.
(...) Nosotros no pedimos a la Administración ningún tipo de ayuda o subvención, el dinero que necesitamos lo pedimos a personas particulares, a gente de buen corazón, que de manara totalmente voluntaria, decide ayudar para dar de comer a esta persona, o ayudar en el pago del alquiler de esta otra, o ayudar a esta familia numerosa, etc., y no pedimos ayudas a la Administración porque queremos mantener nuestra libertad de actuación, porque queremos poder ayudar, sin que nos digan a este, si, y a este otro, no, porque ayudamos a todos los que se acercan a nosotros, sin condición. No queremos estar al amparo de un órgano político que guíe nuestra actuación, queremos estar únicamente al amparo del Corazón de Jesús, y de San José su castísimo padre modelo que seguimos para llevar al Hijo los consuelos que su Corazón necesita. El Espíritu Santo, es el único que lleva a buen fin esta obra, y este es nuestro máximo y único Señor, que no queremos servir a otro gobernante, que el que gobierna los corazones de los hombres de buena voluntad. Marcos Vera Pérez
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