Este mes he elegido un anuncio que me ha recordado a mi infancia. En él vemos a un padre con su hija, que se decide que coger por primera vez la bici sin las ruedas de detrás. Recuerdo que yo aprendí en una plaza muy grande en la que sólo había bancos para sentarse y árboles (también recuredo haberme subido alguna vez en esos árboles). Esa plaza está cerca de una casa en la que vivimos a penas dos años, y cuando alguna vez (pocas) he vuelto a pasar por allí me vienen borrosos recuerdos de la bicicleta.
Me enseñó papá a ir en ella, y seguro que tuvo que correr detrás alguna que otra vez, igual que cuando iba en patines. Él disfrutaba esos ratos casi más que yo, se le veía en la mirada. Así que estoy deseando que sean mis peques los que empiecen a ir en bici, en patines, y todas esas cosas. Y si puede venir alguna vez el yayo pues mejor que mejor, así volveré a ver esa mirada. Eso sí, llevaremos calzado cómodo que ya lo advierte el vendedor de la bici. ¡Éstos chicos del Decathlon piensan en todo!