15 marzo 2013

Su Santidad FRANCISCO




¡HABEMUS PAPAM!
 
Jorge Mario Bergoglio, el Papa Francisco.
 
En su aparición como Sumo Pontífice para la bendición Urbi et Orbi se mostró en un primer momento muy quieto y reservado. Muchos creímos verle asustado cuando lo que ocurría era que estaba tremendamente sobrecogido.
 
Al poco nos invitó a rezar por su predecesor (sonreí melancólica) y todo el mundo católico se unió de nuevo (llevábamos haciéndolo juntos durante toda la sede vacante) en la oración. Fue un momento grande, yo estaba en casa con mi padre y mis hijos y aún así pude sentirme en una burbuja en la que el Santo Padre, Francisco, y yo, rezábamos juntos.
 
Tras esto siguió hablando de la importancia de la oración, pidió que rezásemos unos por otros como hermanos que somos y antes de dar la bendición nos invitó a rezar otra vez, ahora en silencio  (imposible el silencio recogido con los niños en casa, pero el Señor nos escucha igual), por él para que el Señor lo bendiga en su pontificado.
 
Esta forma de empezar a hablar al mundo, poniendo delante la oración y la voluntad del Señor ha sido un sello en mi corazón. ¡Francisco, cuenta con mis oraciones!

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