10 noviembre 2011

Pedro ha cumplido un año

Sí, ya ha pasado un año. Cada momento vivido ha sido una experiencia nueva de la que aprender, con la que disfrutar, por la que dar gracias.
Muchas han sido las veces que nos hemos levantado a ver si respiraba, ¿y quién no lo ha hecho alguna vez?, si dormía tranquilo, si no se había ahogado con su trapo (el trapo de dormir, un gran aliado de los padres, creedme!). Aunque lo acabe de acostar todavía me cuesta conciliar el sueño si hace rato que no le oigo, o si le he oído toser un rato, y si estoy taaan cansada que no puedo levantarme, meneo a su padre hasta que consigo que vaya a verle él. También han habido dulces sueños ¿a quién se parecerá? ¿podré amamantarle? ¿sabremos cuidar de él?¿cómo será su primer diente?¿cuándo aprenderá a caminar?¿dirá primero papá o mamá? (papá, por supuesto! mamá lo ha dicho 4 veces contadas y no sabemos si se le ha olvidado o si prefiere mantener la expectación cada vez que tratamos de que lo diga). Todo ha ocurrido muy rápido y de una forma tan natural que emociona, todo lo que rodea a la paternidad  sucede naturalmente  y ahora es como si él hubiese existido siempre.
Y  sobrecoge  la cantidad de nuevos miedos adquiridos. A día de hoy me dan miedo muchas más cosas que antes, intento no ser una madre histérica y dejar de preocuparme por cosas que en realidad no son para tanto, pero es tan difícil! Gracias a Dios tengo a su padre, que aunque muchas veces se contagie de mis miedos tiene los pies en la tierra y me ayuda a 'descansar' mis miedos. Y de parte de esos miedos se han alimentado las hazañas del pequeño:  un día se arrastra como un soldadito, al otro empieza a gatear y de repente sube los escalones de casa de los abuelos como si lo hubiera hecho toda la vida!
Y muchos son los llantos, pero son muchísimas también las risas. Las de él y las nuestras porque cada una de sus sonrisas es un abrazo para nosotros y reírnos los tres a la vez es realmente sublime!
Un año lleno de experiencias nuevas, difíciles, maravillosas... aunque teníamos mil avisos  de lo cansado y gratificante que podía ser, no nos lo habíamos imaginado así. Ha sido un año de desvelos y dulces sueños, de miedos y nuevas proezas, de risas y llantos, de guerra y paz. Y todo ello ha sido fascinante como nada más hay en la vida.
La foto es de hoy, tras soplar la vela y meter la mano en una tarta de la que, pobre, no ha podido probar bocado. El domingo lo celebraremos con algunos seres queridos y podrá probar bocado de una tarta de cumpleaños hecha para él.

2 comentarios:

  1. oiiiix es el niñoo más guapo del mundoooo!!!! <3!! jajajajaja qué, buena la tarta del nene?

    Ssaludooos Tere

    ResponderEliminar
  2. Claudia estaba guapisimo y me alegro tanto de haber compartido ese momento contigo y con una pequeña parte de esta nuestra familia tan "especial"Un beso bien grande y te aseguro q eres una gran mama

    ResponderEliminar

¡Gracias por tus comentarios!