21 marzo 2012

Aborto selectivo: señores de la muerte


Hará cosa de un año me contaban una historia terrible. Una mujer, embarazada de gemelos, había decidido abortar a uno de ellos porque tenía Síndrome de Down (SD). Cuando, un tiempo después, le estaban realizando pruebas rutinarias para ver cómo se desarrollaba la gestación del gemelo sano se percataron de que el hijo que seguía creciendo en el seno de la madre era el pequeño con Síndrome de Down.
La madre (si así podemos llamarla) decidió, llena de dolor por haber perdido a su hijo sano, abortar, esta vez sí, al  niño con SD.
La primera vez que lo escuché me estremecí de dolor, por ese niño no querido por su madre, por ese otro al que mataron por miedo a sufrir y a que sufriese siendo hermano de un niño con SD (¿habrían sido capaces de decirle algún día que fue gemelo de otro niño?) y por la mujer que no llenará nunca el vacío de dos hijos asesinados en su vientre.
Hace poco, en España, la historia se ha repetido (¿cuántas veces habrá ocurrido algo similar sin que tengamos noticias de ello?). Esta vez el embarazo gemelar se conseguía al octavo intento in vitro. Pero uno de los dos bebés tenía problemas cardíacos y los padres decidieron que se practicase un aborto selectivo. El médico erró el tiro. Tras practicar otro aborto piden responsabilidades al médico y una indemnización. Buscan justicia.
Pero, ¿quién hará justicia a esos dos niños? Todavía hoy no entiendo que tantos 'médicos' y 'personal sanitario' se lucren con la matanza de niños indefensos. Y ¿dónde queda el juramento hipocrático? De todos es bien sabido que el Código de Ética y Deontología Médica de la Organización Médica Colegial compromete a los médicos con una serie de, digamos, principios éticos. Ese código se basa en el llamado 'juramento hipocrático', y en él encontramos entre otras cosas lo siguiente:
No daré ninguna droga letal a nadie, aunque me la pidan, ni
sugeriré un tal uso, y del mismo modo, tampoco a ninguna mujer daré
pesario abortivo, sino que, a lo largo de mi vida, ejerceré mi arte pura y
santamente.
Considero que un código tal es intrínseco a la vocación médica. ¿O no desea uno estudiar medicina para curar? Un médico ha de procurar la vida, ha de ayudar con su buen hacer a las personas que a él recurran, y no entiendo ni entenderé que por ninguna causa (tampoco la avaricia) utilicen su conocimiento para procurar la muerte.

1 comentario:

  1. Desde luego no comprendo cómo mucha gente se niega a aceptar lo que científicamente es cierto. Que la vida comienza desde el mismo momento en que se fecunda el óvulo, y luego defienden a capa y espada los huevos de un ave, como si fueran más importantes que las vidas de los seres humanos. Es tal la insensibilidad hacia la violencia que somos capaces de atentar contra otros seres humanos sin pararnos a pensar más allá que en nuestro egoísmo. Y callar la conciencia diciendo que "como no lo he visto".... como si por no verlo no existiera..... en fin......

    ResponderEliminar

¡Gracias por tus comentarios!